jueves, 21 de abril de 2016

XIII

Cómo me exprime el no poder sentirte y el recuerdo del lloro por ver la esclavitud en su máximo apogeo en la séptima fila del cine, de Plaza de España.

Madrid no lucía tan bella desde aquel lejano 14 de Abril que todos recordamos con cierta melancolía.

Qué diferente es la vida ahora que la veo desde la barrera, no puedo no querer pasar desapercibido en una sociedad que a la mínima te desprestigia si no le complaces.

Pero a mi, me importa nada y menos la sociedad si tú sigues en ella, queramos o no estamos implicados en ella, y yo, quiero que sigas siendo tú, que ni mi desagradable recuerdo, ni mi superflua existencia, en cierta medida, te marquen el porvenir más próximo.

Yo no me alejé, tú quisiste marcharte y tuve que aceptar eso, todas las personas que tanto me querían se marcharon por mi apática actitud.

Las lágrimas dejaron de ser incoloras y fingí ser feliz para poder recluirme en mi zulo, querido hogar.

Pasaron los meses y en ninguno de ellos la lluvia cesó, el baño tintado por el color pasión hacía ver que el tiempo no iba a ser cambiante.

El frío llegaba, para asombró de la vida llegó antes de lo previsto y hasta hace bien poco no se marchó.

El mayor letargo se disolvió y si realmente he vuelto a renacer quiero redimirme de mis errores y no volver a hacer sentir a quien me soporte en el viaje como yo lo hice contigo.

Quién sabe si nos volveremos a cruzar, a (ad)mirar entre versos y corcheas o a gritar 'revolución' en alguna mani, pase lo que pase te deseo lo mejor.

Te seguiré recordando en mis poemas y en algún formato más extenso de hacer el ridículo de forma más abrumadora.

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