martes, 5 de julio de 2016

XIII

Tomada hace un tiempo la fatidica solución
me limito a perderme en el horizonte
de aquel naufragio carente de alguna salvación
mientras mi corazón, poco a poco se rompe.

Sé que después de ti no hay ninguna
que pueda hacerme de reír como lo hacía en la cuna,
la apatía ya no tiene remedio
y me limito, sin cura alguna, a acumular todo el tedio.

He acabado, preso de sus cuatro labios,
de las charlas hasta las cinco de la mañana
en las que el amor tendía a emanar.
Ahora soy esclavo del Larios,
tras unos meses en los que solo desvarío
fumando un cigarillo, tras otro, mientras admiro su ventana.

Mientras me marcho de esta soporífera soledad
imploro que se me perdone,
no quiero aguantar a la verdad,
la cual me susurra que no encontraré a nadie en un mundo lleno de clones.

Viviendo en mi particular cloaca
soporto frustrado lo que me espera,
la barra del bar tomada como una mera
antología de sempiternas resacas.

Un fuerte abrazo te envío desde el gentío    de Gran vía
estando harto, de licores baratos
que me conducen a olvidarte solo un rato
en esta continua vigilia.