domingo, 10 de diciembre de 2017

Última vigilia

La pena que arrastro es demasiado larga,
he perdido tanto tiempo que la efímera vida se me hizo aún más corta.
Algunos hablan de mi como la ente que a todo el mundo amarga
y que después de "tanto cuento" a bien pocos le importa.

Nadie me apoyó cuando de niño dormía llorando por haber pasado otro día sin recibir cariño,
quiero vivir como uno realmente merece,
y superar esta continua suerte que me toca a pesar de no ser martes trece.

Quiero sentirme vivo entre sus aterciopeladas manos
pero siento que ya no tengo cabida entre los humanos,
puesto que lo único que haría bien sería pudrirme bajo tierra con mis amigos los gusanos.

Quiero una despedida sencilla,
sin dolor en mis antebrazos ni con un cura a mi vera leyéndome la cartilla.

Quizás sea algo tarde ahora
pero me despido del papel y el boli,
ya no soy aquel al que le sobraba con este hobby
compensando así el dolor de tantas horas
de existencia incoherente
en un mundo lleno de gente
y vacío de personas
que, compiten unas entre otras para ver quién besa antes la lona.

Ya no compensa, no.

Tanta es la maldad que abunda
que la herida producida fue demasiado profunda.
Pues si la muerte es inexorable
para qué hacerle callar y fingir que no existe, dejad que hable...

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